_Corazón ¿qué querés decir?_ le pregunté en profunda calma.
Tomó mi mano con bolígrafo y me dijo: _seguí tu esencia, en presencia_ y me dejó acá, frente al papel en blanco, y ya mi mano no puede detenerse. Me acompañan una fuente de agua, un ventanal, una velita y una maceta. Humeante, el café.
Una clave de sol lenta, muy lenta y estirada, se metió por mi columna vertebral, muy lenta y muy presente.
_Corazón ¿seguimos?_ pregunté conmovida.
Chispeante hasta la garganta, avisaba su ascenso con intensidad una emoción curiosa, ansiosa por expresarse, en compañía de un sentido profundo de auténtica unidad… y compasión.
_Corazón ¿qué querés decir?_ insistí, y mi mano dibujaba en el papel, letras que una y otra vez repetían: “esencia en presencia, el sabor de la vida”.
Miré por el ventanal. Tomé un sorbo del café. En silencio, fui semilla. Sentí el cobijo y la nutrición.
De pronto, todo lo que soy empezó a desplegarse más allá de mi cuerpo, difuso, diluido, salió por el ventanal y en un momento todo era YO, y Yo era todo. Sin límites ni puntos de vista. Esencia en presencia.
A eso le siguió un desprendimiento, luego otros, y otros, infinitos… desprenderse es la acción genuina entonces, para abrirse a recibir en unión con todo. Allí, en cobijo, lo que yo era, es y será. Allí, en cobijo y unión, mi esencia es el todo: tierra en silencio en la espera de ciclos, agua que limpia y nutre, fuego que arde, destruye, desprende y transforma apariencias limitadas en esencias infinitas, el aire que sostiene el vuelo, y al inhalarlo me hace presente.
Desprenderse, descrear. Y confiar.
_Corazón, ¿qué querés decir?_ le pregunté en profunda calma.
Como el magma, como lava volcánica, como pulso de tierra fértil, latió fuerte y sostenido resaltando mi presencia.
En cuerpo y alma, en perfecta armonía y disfrutando de mi sensualidad, desprendí de mí todo lo viejo, y esta vez lo escuché decir: _gracias por permitirme saborear la vida con tu esencia-presencia.
Quedé aquí, en presencia de la fuente de agua, del ventanal, de la velita y de la maceta. En conmovido silencio. En esencia semilla.
Córdoba, 9/6/22