…un verano en la costa argentina escribí este poema, viéndote disfrutar como la niña que eras, amada hija mía.
Te regalo el mar para que contagie tu mirada
con su profundidad.
Te regalo el sol para que inunde con su luz y su brillo
tu espíritu.
Te regalo la arena para que colme tu existencia
e irradies su energía.
Te regalo las nubes de este cielo costero
para que aplaquen tu fatiga en las horas
más difíciles…
Te regalo las olas y su espuma
para que tengas su fuerza, su empuje, su constancia
Te regalo las ostras y caracoles
para que se agigante tu belleza,
y puedas llevarte al oído los sonidos del mar,
para siempre.
Te regalo el vuelo de las gaviotas
para que sobrevueles la vida
siempre acompañada, libre, segura
y despliegues tus alas cuando quieras y desees, hasta donde quieras,
como lo hacen ellas…
Te regalo el juego en la playa, con la pelota arrebatada por el viento,
y la risa, el humor y la disposición a seguir jugando,
para que aprendas a enfrentar de ese mismo modo
tu vida.
Te regalo el descanso, el disfrute, el reposo
para que aflore tu imaginación con creatividad.
Te regalo el silencio para que puedas escucharte
…y observar todo lo que en la naturaleza hay para aprender.
Hija, llevas el mar en tu existencia desde que naciste, grabado en tu nombre: MAR-IANELA.
Costa argentina, Enero 2007